Prefacio.

¿Qué habrá hecho el mundo de ti ahora que ya no estás conmigo?

La ciudad duerme y tú pareces dormir profundamente también. Porque… si no es así, ¿cómo es que no estás conmigo, a mi lado? ¿Cómo es que ahora ya no respondes mis preguntas? ¿Y por qué no tengo tus brazos?

Lo hiciste sin avisar, siempre tan misterioso… Aún sigo recordando aquello que me dijiste, antes de desaparecer.

“Pase lo que pase, siempre estaré contigo.”

Ahora esa frase tiene forma de interrogante.

¿Qué habrá hecho el mundo de ti ahora que ya no estás conmigo?

Y estoy tan confusa. Porque no sé nada sobre nada. Y de eso hablo, sobre nada, sobre todo lo que no sé. Oscar Wilde dijo que le gustaba hablar sobre nada, que era de lo único que sabía un poquito, y qué razón tenía.

¿Dónde estás? ¿Adónde has ido? ¿Puedes oírme ahora?

Son tantas preguntas… Y ninguna tiene respuesta, porque tú no estás, ya no puedes responderme. ¿Y por qué no? Yo confié en ti, no sé si me has traicionado, no sé si deseas estar conmigo y no puedes. Me diste muchas razones para desconfiar de ti, pero me diste tantas para confiar… ¿Con qué parte he de quedarme? Bueno, ahora eso ya no importa, porque tú no estás.

¿Qué habrá hecho el mundo de ti ahora que ya no estás conmigo?